El caso de Scappini, de 31 años, mantuvo en vilo a la sociedad paraguaya en la última semana. Las autoridades realizaron intensas búsquedas para dar con ella y hasta el presidente Fernando Lugo pidió rezar por ella. La mujer fue finalmente liberada en una gasolinera de Asunción en la noche del domingo y ya se encuentra con su familia, aunque bastante "shockeada".

Según su madre, del mismo nombre, Scappini relató que permaneció en plena oscuridad durante todo su cautiverio, por lo que le sería imposible reconocer a los secuestradores. Omar, su hermano, indicó que la única prueba de vida que recibieron durante esos días fue una grabación de voz y aseguró que no pagaron ningún rescate. 

"Una de las bases (para la liberación) fue todo el movimiento que hicieron ustedes, el país. Eso le presiona hasta a la persona más fría del mundo. La presión de la ciudadanía, el pedido de que esto se acabe, creo que influyó mucho", aseguró Omar Scappini al diario ABC. El secretario de Estado, en cambio, consideró que los plagiadores liberaron a la víctima presionados porque "estaban siendo acorralados" por la policía.

Scappini es empleada de marketing de una empresa multinacional y pariente cercana de la ministra de Turismo, Liz Cramer. Su secuestro se enmarcó en la ola delictiva que enfrenta Paraguay en los últimos meses y que incluso llevó al gobierno a analizar la posibilidad de implementar el estado de excepción.

Los investigadores sospechan que los responsables del delito son una banda brasileño-paraguaya integrada por conocidos fugitivos de la Justicia. Pese a que tanto la familia como funcionarios del gobierno afirmaron que no se pagó el rescate, el Ministerio Público aún no pidió el desbloqueo de los bienes de Scappini, de los que había solicitado el bloqueo días atrás para protegerla.